Hace mucho tiempo atrás, alrededor del año 1880, nacía muy tímidamente un barrio que luego seria uno de los más poblados de nuestra Ciudad. Era una zona de grandes quintas aledaña a la Chacarita de los Colegiales que por aquellos años, siendo intendente de la Comuna de Buenos Aires el Dr. Antonio Crespo, comenzó a lotearse. Aún no existe un acuerdo general, de todas maneras, se cree que este barrio debe su nombre a aquel Intendente Municipal. A fines del siglo XIX, su calle principal, un ancho camino de tierra, se denominaba Boulevard Corrientes, que desde entonces, y nunca dejó de serlo, esa avenida era la columna vertebral y el centro del barrio. Con el correr del tiempo el nombre de la avenida cambió, se la llamó avenida Triunvirato, para más adelante llamarse definitivamente Corrientes. Otra arteria importante y de acceso era la Calle larga del Ministro Ingles, hoy Scalabrini Ortiz. Los límites del barrio no eran muy precisos, pero aproximadamente se encuadraban entre el Arroyo Maldonado, la calle Rivera (Córdoba), la Calle de Moreno (Warnes) y la calle del Ministro Inglés (Scalabrini Ortiz).
Era un barrio muy tranquilo, el testimonio de uno de sus primeros pobladores, el inspector municipal Pablo Grannone, que vivió primero en el centro de la Ciudad, en la intersección de las calles Lavalle y Esmeralda, dan cuenta del clima de paz que reinaba en la zona. La mujer del inspector sufría una difícil enfermedad y los médicos le recomendaban que “se mude a ese barrio que se está formando cerca del Maldonado que se llama Villa Crespo”.
Sin dudas, lo que dio un gran impulso al barrio fue la Fabrica Nacional de Calzado impulsada por Salvador Benedit que funcionaba en el barrio desde 1888, se encontraba en Acevedo y Padilla. Además, aportaron un gran progreso la curtiembre La Federal y los talleres metalúrgicos de Maspero.
Para muchos decir Villa Crespo es referirse exclusivamente a viejos tangos, pintorescos cafés, que eran escenarios de poetas y reductos de orquestas de la vieja guardia, o lugar donde podían tener escenario oscuros dramas cuyo fondo era el curso irregular del arroyo Maldonado. Este fue el barrio narrado por Alberto Vacarezza, el de los sainetes cargados de color y generalmente exagerados, el de los enormes conventillos, en donde siempre había una hermosa mujer que alteraba la inestable calma diaria. Pero existe otro Villa Crespo, el de hoy, el cosmopolita, el elegido por la colectividad israelita o por los sirio libaneses para desarrollar sus actividades comerciales. Un territorio que oscila entre el presente y el pasado, entre la realidad y el mito.
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